viernes, 17 de septiembre de 2010

El cura de Malvinas


Esta es la increíble historia de un cura en las Islas Malvinas durante el conflicto bélico de 1982. Vicente Martínez Torrens, es un sacerdote de la Orden de San Francisco de Sales, es decir un Salesiano, conocida la obra por Don Bosco. Fue el primer sacerdote que llegó a las Islas el 3 de abril después del desembarco recuperador de nuestra soberanía. El cura Martínez, como era conocido, escribió los manuscritos y sacó las fotos que ilustran su libro llamado: "Dios en las trincheras" que contiene más de 200 cartas que le hicieron llegar los argentinos que combatieron en las islas. Durante muchos días Vicente fue el único sacerdote para contener a miles de soldados en medio del infierno de la guerra. Al llegar a Malvinas en un Hércules C-130 (la chancha) este cura tenía 41 años, su primer destino fue el que hasta entonces ocupaban las tropas inglesas, La Royal Marines. Armado con la cruz y una "birome" a pie, en jeep o en un helicóptero, este ángel uniformado recorrió Soledad y Gran Malvina, llevando consuelo espiritual, o celebrando Misa y en otras ocasiones dando la extremaunción, para acompañar con la palabra de Dios a los más de 11 hombres que componían el ejército de recuperación.El cura Martínez, se escabulló entre las tropas inglesas, tres días después de la rendición, (alto el fuego) llevando sus notas minuciosamente foliadas y un archivo con la lista de las 326 bajas argentinas. Este religioso salesiano, designado por el Benigno Roldan, para dar los servicios religiosos a nuestras tropas, hizo más que eso, curó heridos y personalmente dio cristiana sepultura a los cadáveres argentinos. Cuando terminaban de revisar y acomodar a los últimos heridos que volvían al continente el 15 de junio, un joven soldado herido se le acercó diciéndole: "padre usted es el único al que puedo encomendar esto" entregándole un bulto que contenía dos improvisados envoltorios, " ... no puede caer en manos enemigas".le dijo aquel soldado al cura. El padre Vicente abrió los paquetes y ocultó prolijamente el contenido entre sus ropas, se escabulló entre las patrullas inglesas, cuando aun se escuchaban algunas detonaciones de las últimas escaramuzas que se daban ante las exhaustivas requisas que ejecutaba el enemigo. Al llegar al remolcador Yeguin que lo llevaría con destino al rompehielos Almirante Irizar, que se había acondicionado a modo de hospital, para recibir a los heridos, sintió que la misión que le había encomendado aquel soldado, llegaría a buen termino. "Cuando una bandera se pierde en guerra, no se repone, se reconquista". Después de cuatro largos meses llegó a Monte Caseros, Provincia de Corrientes e hizo entrega de la bandera del Regimiento de Infantería 4, formado ante él, solamente con el asta desnuda de bandera. Este fue el encargo que le diera aquel soldado argentino, aquél que sabía que los ingleses buscaban los banderines de los regimientos argentinos, para poder canjearlos por los que el ejército británico perdiera en las invasiones inglesas y que se exhiben hoy en la iglesia de Santo Domingo. Esa insignia argentina del Regimiento 4, con los colores azul y blanco tiene origen en 1814 en el sitio de Montevideo, en los combates de Juncal y Uruguayana y durante las contiendas de Malvinas. La inteligencia británica incluida en todos los regimientos buscaban afanosamente la bandera de los regimientos argentinos, la consigna fue dada antes del primer combate, se ordenaba que se capturasen todas las banderas argentinas. Las dos banderas inglesas que se exhiben en Santo Domingo son del 71st pertenecen al Primer batallón. El segundo batallón, aunque existía, no salió nunca de Escocia, los efectivos que eran entrenados allí eran enviados a reemplazar las bajas del 1er batallón. Cada regimiento Británico tiene 2 banderas, la primera, es el Estandarte del Rey (Kings Colour), esta bandera es la de la Union, y es el estandarte que otorga el Rey al Regimiento. La segunda bandera es la del Regimiento, (Regimental or Colonel's Colour). El color de esta bandera se rige dado los colores de los puños y cuello del regimiento, por ejemplo el 71st los tiene de color Ante o beige, por ello la bandera es de ese color. El regimiento 88 lo tiene amarillo, el 79th lo tiene verde. Esto afecta el color y el diseño de la bandera del Regimiento. Como la bandera del Regimiento no es estandarte Real no lleva el monograma real GR. Pero sí lleva la pequeña bandera de la Unión en el costado superior izquierdo. Y la corona que envuelve al estuche que tiene el número del regimiento está compuesta por las flores nacionales del Reino Unido, los cardos escoceses, la Rosa de Inglaterra y los tréboles de Irlanda.
Dios en las trincheras, fue casi una obsesión para el Padre Vicente, comenzó con la idea, el 6 o 7 de abril del 82, cuando los ingleses aún estaban lejos y casi todo era festejo y patriotismo. La idea fue llevar notas de los sucesos como lo hacían los antiguos sacerdotes salesianos a modo de "Crónicas Salesianas". En alguna de sus charlas el cura Vicente relata, "ante la metralla y las bombas inglesas con altísimo poder, de qué servía refugiarse detrás de los parapetos, por esodejé mi vida en manos de Dios y me olvidé de las bombas y las balas", prosigue:"pero ahora necesito volver físicamente a las Islas para arrodillarme y rezar frente a las tumbas de los héroes". Este cura español que nació en Alicante, hoy tiene 66 años, llegó a la Argentina a la edad de ocho, se crió en general Roca, provincia de Río Negro, en 1970 se ordena sacerdote e ingresa a la orden de los Salesianos, desde hace más de diez años está trabajando en el Archivo Salesiano del Colegio Don Bosco, de Bahía Blanca. El primero en llegar y él último en irse, Vicente aun eleva la voz, lamentando el proceso de desmalvinización que se da hoy en nuestra Argentina, despotrica en contra de la película "Los chicos de la guerra" porque dice que mienten y no cuentan toda la verdad , sin dejar de reconocer que se cometieron excesos con los soldados y comentaque la idea original de los militares en ese momento en que gobernaban el Pais, era expulsar al ejército inglés de las Islas Malvinas, izar nuestra Bandera Nacional Argentina y negociar en la ONU, sin llegar a la guerra. (obvio, esto se hacia por razones políticas de los militares). En otro párrafo duda de las bajas admitidas oficialmente por el enemigo. "Revisé todos los diarios del mundo y en ningún lado aparece el regreso de los gurkhas nepaleses que atravesaron corriendo 36.000 bombas antipersonales que rodeaban Puerto Argentino". Por algo la "Dama de hierro" impuso el secreto de guerra por 90 años, no quiere que se conozca a una nación del tercer mundo, sacudía por tercera vez a la segunda potencia mundial. El padre Vicente tiene un ficha personal de cada uno de los 649 argentinos muertos durante el conflicto (323 fallecidos en el ataque al Belgrano) y un completo diario de guerra que escribió en Malvinas donde se atiborran los terribles recuerdos vividos y sufridos por la tropa argentina. Este cura se movía con total libertad, ya sea en la Gran Malvina como en Soledad y estuvo a metros del encuentro clave que sostuvieron Jeremy Moore y Benjamín Menéndez para darle fin a la guerra.
Testigo
"En Bahía Agradable fui testigo de que manera desaparecían las fragatas y destructores ingleses y yo me pregunto qué nación le infligió tanto daño a Inglaterra. Es justo también decirlo que no nos pasaron por encima", relata. Agrega: "Si ellos son los ganadores tendrían que mos trar lo bien que le fue y el poco costo que pagaron por esa conquista pero la señora Margaret Thatcher, en uso de sus funciones, impuso un secreto de guerra de no revelar absolutamente nada por 90 años, hasta el 2072". "Respeto y les creo a los soldados que dieron testimonio sobre las carencias que pasaron en el frente porque yo mismo me encontré con dos muertos por desnutrición y fatiga. Existió y fueron casos puntuales, pero no fue la generalidad de los 11.000 soldados. Una compañía la pasó muy mal, eran los que estaban en Puerto Yapeyú (Howart) porque ellos quedaron localizados frente a la playa de desembarco de los ingleses. Entonces no se los podía reabastecer, se trató de llegar con toda la picardías criollas pero no se pudo. Se mandó al "Isla de los Estados" y lo hundieron, se mandó al "Carcarañá" y lo hundieron, otro barco pudo escapar pero no pudieron reabastecerlos". Cuenta que estos soldados se estaban alimentando con 1.200 calorías diarias para racionalizar los alimentos cuando por la tensión y el frío necesitaban 3.000 calorías. "Respeto todas las visiones porque les creo, pero es muy parcial. Al soldado se lo metió en un pozo de zorro setenta días y no pudo ver la guerra en su conjunto. Hay que respetarla y aceptarla. Por mi oficio, y el haber sido capellán único durante mucho tiempo, pude recorrer la isla Soledad desde el cabo San Felipe hasta Monte Kent, desde Moody Brook hasta Puerto Enriqueta. Tenía un helicóptero con un piloto a disposición y pasamos varias veces el canal San Carlos" cuenta.
Llegó a dar ocho misas en un día
En Malvinas el Padre Vicente tuvo mucho trabajo. Durante muchos días fue el único sacerdote para atender en la fe a miles de soldados. Si bien el derecho canónico permite dar hasta 3 misas por día, en casos excepcionales se autoriza a más. Fue así que llegó a dar ocho misas en un solo día. Tenía una agenda con día y hora de los lugares a visitar. Asegura que nunca les falló a pesar de los bombardeos y las continuas alerta rojo. Una vez ocupada la isla, en la cabecera del aeropuerto se enterró un rosario y se puso la pista bajo la protección de la Virgen. "Los ingleses le tiraron 1.200 toneladas de bombas y ninguna le dio hasta el fin de la guerra, que estuvo operable. El último avión salió de esa pista el 13 de junio a las 20 horas". De su diario personal extrae unas anotaciones realizadas el 8 de mayo por un hecho que ocurrió en la misa de la Virgen de Luján. "El soldado telefonista recibe la información de que venían 2 aviones Sea Harrier por el oeste. Correspondía alerta rojo y desbandarnos. Pero el jefe dijo que estábamos en misa y procesión, y no nos iban a detener. Yo no podía dejar mal parado al jefe, porque ese era un acto de fe. Los Sea Harrier no aparecieron nunca". Otro hecho que lo marcó ocurrió durante una misa. "En momentos de la consagración, cuando elevo la hostia, veo que viene un Sea Harrier tomando posición para bombardeo. Me arrodillo y le digo a todos lo que tenía en el frente, rodilla a tierra. Cuando estaban en esa posición, la bomba cayó detrás del último hombre, sin herir a nadie". Agrega: "Hay dos explicaciones; una de fe y es que seguíamos teniendo protección de la Virgen. En tanto la explicación técnica era que esas bombas de 500 kilos hacen un cráter de 12 metros por 4 de profundidad. Al estallar lo hacen en forma de cono, y por lo tanto la onda expansiva salió en forma de V, sin afectar los que estábamos muy cerca". (ARC)

  • Extraido de: http://www.taringa.net/posts/info/1817751/Increible-Historia-del-Cura-de-Malvinas.html

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