miércoles, 22 de septiembre de 2010

Blas Piñar: “la de ahora es una derecha sin Dios”

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Se retiró de la primera línea hace años, en parte por voluntad propia, en parte por voluntad ajena. Esta última se verifica cada vez que, por el motivo que sea, se conmemora la Transición y de la lista de invitados se cae su nombre, que, aunque a la contra, tuvo su papel protagonista.

-Que le marginen a uno… ¿genera resentimiento?

-Ciertamente duele, pero al mismo tiempo alegra: es algo que ofrecer a Dios. Las cruzaditas también sirven.

-¿Se ha sentido arrinconado por unos y otros?

-Hasta la Transición yo tenía muchísima relación con el episcopado. Luego la cosa cambia.

-¿La razón?

-La necesidad de la jerarquía de adaptarse a la nueva situación, lo cual lleva consigo una manifiesta hostilidad hacia lo que yo podía representar políticamente.

-A los enemigos de uno y otro lado ¿les perdona?

-Sí. Y no sólo eso: les encomiendo al ángel de la guarda.

-¿Al ángel de la guarda?

-Siempre he sido devoto, más si cabe con los años. Lo siento como a un compañero.

-Hablando de compañeros: Antonio Rivera.

-Al que, por cierto, llamaban el Ángel del Alcázar. Tiene una frase digna de código de deontología militar: “Tirad, pero tirad sin odio”. Antonio y yo éramos íntimos amigos.

-Usted fue de los promotores de su proceso de beatificación.

-Proceso que se paró en cuanto llegó a Roma. Si se ha sido combatiente, la Santa Sede le separa a uno de la causa de beatificación, por muchas muestras de virtudes heroicas que se hayan podido dar. No estoy de acuerdo con este criterio.

-¿Quiere decir que la Iglesia se equivoca?

-Quiero decir que hay teólogos que opinan lo contrario. Y sí, la Iglesia, en su aspecto humano, se equivoca; no así como Esposa de Cristo.

-Otro punto de fricción: la confesionalidad del Estado.

-El Magisterio la ha defendido. Otra cosa es que la Iglesia se haya desdicho de su propia doctrina. Cuando la política se separa de la religión, la sociedad cae en la anarquía. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

-Pero eso está referido al matrimonio.

-Las palabras de Cristo Evangelio se aplican a casos concretos, pero tienen un valor universal que suele pasar desapercibido.

-¿Qué otras cosas Dios ha unido y no debe separar el hombre?

-Intimidad y fecundidad. Hoy hay intimidad sin fecundidad (anticonceptivos) y fecundidad sin intimidad (inseminación artificial).

-Más ejemplos pero con otras máximas evangélicas.

-”Dejad que los niños se acerquen a mí”. El que trae hijos al mundo y los educa cristianamente está dando perfecto cumplimiento al contenido de esa frase.

-Usted ha tenido ocho hijos.

-Y cuarenta y cuatro nietos, y este año llegaremos al bisnieto cuarenta. Tengo que ponerles un dorsal, como a los futbolistas, porque me armo cada lío… También tengo que escribir al Santo Padre.

-¿Pidiéndole qué?

-Que suprima la fiesta de Reyes. A este paso, mi economía va a quedar más maltrecha que la de España con Zapatero.

-Tiene sentido del humor.

-A veces en exceso. Pero es algo que me ha servido de mucho. A mi buena relación con Bandrés, diputado de Euskadiko Ezkerra, contribuyó el humor. Él lo tenía. También tuvo conmigo gestos nobles, como avisarme de un atentado de ETA.

-¿Y Dios? ¿Tiene sentido del humor?

-¡Muchísimo! La prueba está en los Evangelios: qué conocimiento tan profundo tenía Jesús del hombre, con qué ironía -deliciosa, finísima, a lo divino- se dirigía, en ocasiones, a sus adversarios.

1 comentario:

  1. Español ejemplar y como tal mal tratado por el aparato surgido por la monarquia imperante.
    Es un lujo oirle hablar como lo era tiempo atras cuando lideraba FN de la que siempre me he sentido simpatizante y colaborador. Una persona que puede dar un discurso perfectamnete estructurado de más de una hora sin mirar una simple cuartilla.
    Le deseo lo mejor y espero que en algún momento podamos disponer en España de un partido que pueda llamarse de derechas y no avergonzarse de ello. En esa linea tiene sucesor con AE, esperemos que vaya a más.
    Arriba España desde Bélgica* .

    Un español en el exilio. (voluntario)

    *No funcionario

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