viernes, 22 de junio de 2012

España te haremos Una, Grande y Libre, aunque nosotros, tengamos que morir.


Camisa azul, el yugo y las flechas,
vestía yo, cuando aún dudabas tú.
Perseguido por izquierdas y por las derechas,
caía yo, cuando aún dudabas tú.

Despierta ya, burgues y socialista,
Falange trae: la Revolución,
la muerte del cacique y del bolchevique,
del holgazán y de la reacción.

Por el Honor, la Patria y la Justicia,
luchamos hoy en este amanecer,
y si la muerte llega y nos acaricia,
!Arriba España!, gritemos al caer.

La juventud está en nuestras filas,
y nuestro es también el porvenir.
España te haremos Una, Grande y Libre,
aunque nosotros, tengamos que morir.

miércoles, 20 de junio de 2012

Bandera de voluntarios franceses en la Cruzada Española



Fueron muchos los franceses que pronto se alistaron en la Legión o en las milicias de Falange o el Requeté, según sus preferencias, aunque ni las autoridades francesas, en ese momento frentepopulistas, ni el gobierno de Burgos se lo pusieron fácie4e32l. No obstante, ante la afluencia continua de voluntarios franceses y el ofrecimiento, por parte del general Lavigne-Delville de tres mil voluntarios, y de otros mil más, por parte del dirigente corso François Petri, se llegó a considerar la posibilidad de crear alguna unidad formada en exclusiva por voluntarios franceses; aunque este número de voluntarios no llegó nunca a España, en junio, se dio conformidad a la petición de formar una bandera de voluntarios franceses que recibiría el nombre de Jeanne D'Arc, y que estaría formada a partir de los voluntarios alistados a las milicias, pero nunca de los alistados a la Legión; sin embargo, para el mes siguiente el número de voluntarios era de sólo setenta y nueve, número que, aunque aumentó en los meses siguientes, lo hizo de manera muy leve (Se constituyeron pues en compañía, no en Bandera)

Voluntarios franceses podían encontrarse también en diversas unidades y armas del Ejército (por supuesto, con mayor porcentaje en la Legión). Pero la ayuda que mas benefició a la causa nacional, fue la prestada por un gran sector de la población francesa en forma de apoyo político, propagandístico, diplomático, económico, humanitario, etc. además de con varias acciones de espionaje y sabotaje contra el esfuerzo político y militar de la República.

Formaron en la 67ª Compañía de la 17ª Bandera




viernes, 8 de junio de 2012

La Camisa Azul




La elección del color azul para la camisa del uniforme de Falange, fue el primer acto de autoridad de José Antonio como Jefe Nacional. Pero veamos cómo se desarrollaron los hechos: Corrían las últimas horas del tercer día del I Consejo Nacional, entre las 19:00 y las 20:00 del día 6 de octubre de 1934, con los Consejeros correspondientes reunidos en el salón del piso bajo del Palacete de Marqués de Riscal nº. 16. Ultimados los Estatutos por los que habría de regirse a partir de ese momento Falange, en la tarde del día 6 se proclamó Jefe Nacional y, a continuación, se pasó a la discusión sobre el color a adoptar para la prenda del uniforme. Algunos Consejeros defendieron la ‘camisa negra’ italiana, pero para evitar mimetismos se desechó la idea. Ruiz de Alda (que, en actos de servicio, solía vestir una camisa azul mahón) y Luis Santamarina (que la llevaba en ese momento, propia de los trazistas barceloneses a los que había pertenecido y que, a su vez, la habían copiado de la Milicia de la Asociación Nacionalista Italiana, los ‘Sempre Pronti’) defendieron la ‘camisa azul mahón’. Ernesto Giménez Caballero defendió la ‘camisa parda’ que recordaba la austera tierra castellana. Luis Aguilar, por su parte, aunque Zayas se lo atribuye a él mismo y es posible que así fuera, abogó por la ‘camisa azul horizonte’ o ‘gris desvaído’, como colores de camuflaje en caso de batalla. Tras una hora de estéril debate, José Antonio tomó la palabra para imponer, como acto de autoridad, la camisa color azul mahón: “como color neto, entero, serio y proletario, distintivo de una organización rotunda, varonil y firme”; el emblema iría bordado en rojo, al lado izquierdo, a la altura del corazón. A la mañana siguiente, José Antonio la vestía, comprada en ‘Casa Papá Navas’, cuando se llegó al Ministerio de Gobernación para ofrecer la Falange para acometer la insurrección separatista de Cataluña y para que fuera autorizada una manifestación en apoyo de la Unidad de España. Las camisas, con emblema, costaban 9 pta.; los cordones de Jefe, 4 pta. y la hebilla del correaje, 2 pta.(información extraída de un albarán correspondiente a abril de 1935). Cinturones y correajes eran fabricados por Fábrica de Curtidos de Estella.


http://fuerzanueva.wordpress.com

lunes, 4 de junio de 2012

DISCURSO DE FRANCO A LOS CADETES DE LA ACADEMIA MILITAR DE ZARAGOZA.



DISCURSO DE FRANCO A LOS CADETES DE LA ACADEMIA MILITAR DE ZARAGOZA.

El 14 de junio de 1931, con motivo del cierre de la Academia.

Caballeros cadetes: Quisiera celebrar este acto de despedida con la solemnidad de los años anteriores, en que, a los acordes del Himno Nacional, sacásemos por última vez nuestra bandera y, como ayer, besarais sus ricos tafetanes, recorriendo vuestros cuerpos el escalofrío de la emoción y nublándose vuestros ojos al conjuro de las glorias por ella encarnadas; pero la falta de bandera oficial limita nuestra fiesta a estos sentidos momentos en que, al haceros objeto de nuestra despedida, recibáis en lección de moral militar mis últimos consejos.

Tres años lleva de vida la Academia General Militar, y su esplendoroso sol se acerca ya al ocaso. Años que vivimos a vuestro lado educándoos e instruyéndoos y pretendiendo forjar para España el más competente y virtuoso plantel de oficiales que nación alguna lograra poseer.

Intimas satisfacciones recogimos en nuestro espinoso camino cuando los más capacitados técnicos extranjeros prodigaron calurosos elogios a nuestra obra, estudiando y aplaudiendo nuestros sistemas y señalándolos como modelo entre las instituciones modernas de la enseñanza militar. Satisfacciones íntimas que a España ofrecemos, orgullosos de nuestra obra y convencidos de sus más óptimos frutos.

Estudiamos nuestro Ejército, sus vicios y sus virtudes, y corrigiendo aquellos, hemos de acrecentado éstas al compás que marcábamos una verdadera evolución en procedimientos y sistemas. Así vimos sucumbir los libros de texto, rígidos y arcaicos, ante el empuje de un profesorado moderno, consciente de su misión y reñido con tan bastardos intereses.

Las novatadas, antiguo vicio de Academias y cuarteles, se desconocieron ante vuestra comprensión y noble hidalguía.

Las enfermedades venéreas, que un día aprisionaron, rebajándolas, a nuestras juventudes, no hicieron su aparición en este cuerpo, por la acción vigilante y adecuada profilaxis.

La instrucción física y los diarios ejercicios en el campo os prepararon militarmente, dando a vuestros cuerpos aspecto de atletas y desterrando de los cuadros militares al oficial sietemesino y enteco. Los exámenes de ingreso, automáticos y anónimos, antes campo abonado de intrigas e influencias, no fueron bastardeados por la recomendación y el favor, y hoy podéis enorgulleceros de vuestro progreso, sin que os sonrojen los viejos y caducos procedimientos anteriores.

Revolución profunda en la enseñanza militar, que había de llevar como forzado corolario la intriga y la pasión de quienes encontraban granjería en el mantenimiento de tan perniciosos sistemas.

Nuestro Decálogo del Cadete recogió de nuestras sabias Ordenanzas lo más puro y florido, para ofrecéroslo como credo indispensable que prendiese vuestra vida, y en estos tiempos en que la caballerosidad y la hidalguía sufren constantes eclipses, hemos procurado afianzar nuestra fe de caballeros manteniendo entre vosotros una elevada espiritualidad.

Por ello, en estos momentos, cuando las reformas y nuevas orientaciones militares cierran las puertas de este centro, hemos de elevarnos y sobreponernos, acallando el interno dolor por la desaparición de nuestra obra, pensando con altruismo: se deshace la máquina, pero la obra queda; nuestra obra sois vosotros, los 720 oficiales que mañana vais a estar en contacto con el soldado, los que los vais a cuidar y a dirigir, los que, constituyendo un gran núcleo del Ejército profesional, habéis de ser, sin duda, paladines de la lealtad, la caballerosidad, la disciplina, el cumplimiento del deber y el espíritu de sacrificio por la Patria, cualidades todas inherentes al verdadero soldado, entre las que destaca como puesto principal la disciplina, esa excelsa virtud indispensable a la vida de los ejércitos y que estáis obligados a cuidar como la más preciada de vuestras prendas.

¡Disciplina!..., nunca buen definida y comprendida. ¡Disciplina!..., que no encierra mérito cuando la condición del mando nos es grata y llevadera. ¡Disciplina!..., que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando. Esta es la disciplina que os inculcamos, esta es la disciplina que practicamos. Este es el ejemplo que os ofrecemos.

Elevar siempre los pensamientos hacia la Patria y a ella sacrificarle todo, que si cabe opción y libre albedrío al sencillo ciudadano, no la tienen quienes reciben el sagrado depósito de las armas de la nación, y a su servicio han de sacrificar todos sus actos.

Yo deseo que este compañerismo nacido en estos primeros tiempos de la vida militar, pasados juntos, perdure al correr de los años, y que nuestro amor a las armas de adopción tenga siempre por norte el bien de la Patria y la consideración y el mutuo afecto entre los compañeros del Ejército. Que si en la guerra habéis de necesitaros, es indispensable que en la paz hayáis aprendido a comprenderos y estimaros. Compañerismo que lleva en sí el socorro al camarada en desgracia, la alegría por su progreso, el aplauso al que destaca y la energía también con el descarriado o el perdido, pues vuestros generosos sentimientos han de tener como valladar el alto concepto del honor, y de este modo evitaréis que los que un día y otro delinquieron abusando de la benevolencia, que es complicidad de sus compañeros, mañana, encumbrados por un azar, puedan ser en el Ejército ejemplo pernicioso de inmoralidad e injusticia.

Concepto del honor que no es exclusivo de un Regimiento, Arma o Cuerpo; que es patrimonio del Ejército y se sujeta a las reglas tradicionales de la caballerosidad y la hidalguía, pecando gravemente quien crea velar por el buen nombre de su Cuerpo arrojando a otro lo que en el suyo no sirvió.

Achaque este que, por lo frecuente, no debo silenciar, ya que no nos queda el mañana para aconsejaros.

No puedo deciros, como antes, que aquí dejáis vuestro solar, pues hoy desaparece; pero sí puedo aseguraros que, repartidos por España, lo lleváis en vuestros corazones, y que en vuestra acción futura ponemos nuestras esperanzas e ilusiones; que cuando al correr de los años blanqueen vuestras sienes y vuestra competencia profesional os haga maestros, habréis de apreciar lo grande y elevado de nuestra situación: entonces, vuestro recuerdo y sereno juicio ha de ser nuestra más preciada recompensa.

Sintamos hoy al despediros la satisfacción del deber cumplido y unamos nuestros sentimientos y anhelos por la grandeza de la Patria gritando juntos: “¡Viva España!”.