sábado, 31 de diciembre de 2011

José de Moscardó Ituarte

Archivo:Plaque Moscardo Tolede.JPG



Nació en Madrid en 1878. Militar de Infantería. Finalizados sus estudios, se curtió en las guerras africanas y en 1897 se trasladó a Filipinas, participando en las operaciones que se llevaron a cabo en las posiciones coloniales. Concluidas las mismas, regresó a España.
Con la sublevación de las cabilas del Rif, en Marruecos, acaecida en el año 1909, se traslada allí, participando con su unidad, el Regimiento de Voluntarios del Serrallo, en varios enfrentamientos. En el año 1929 es ascendido a coronel, siendo nombrado director del Colegio de Huérfanos de Toledo. Al inicio de la II República, en abril de 1931, por los decretos de reforma militar de Manuel Azaña Díaz, es degradado a teniente coronel. En las elecciones generales de 1933, con el triunfo de las derechas, la situación de los militares “africanistas” mejora ostensiblemente y José Moscardó es nombrado en 1934, Comandante Militar de Toledo y repuesto, por antigüedad, en el cargo de coronel, que es el que tenía antes de la llegada de Azaña al poder.
En febrero de 1936, tras la mayoría del Frente Popular en las elecciones, le nombran director de la Escuela de Educación Física de Toledo, teniendo como misión prepara al equipo olímpico que tiene que representar a España en las Olimpiadas de Berlín.
En julio de 1936, puesto de acuerdo con los militares que preparaban el alzamiento, y después de negarse a entregar las armas y las municiones a las milicias del Frente Popular -que le habían sido solicitadas por el subsecretario de Guerra, el general Federico de la Cruz Boullosa, y más tarde por el teniente coronel Juan Hernández Sarabia, los generales Sebastián Pozas Perea, José Riquelme y López-Bago, y el ministro de Instrucción Pública, Francisco Barnés Salinas-, el día 21 de julio, a las 7 de la mañana, ordenó a las unidades que estaban bajo su mando que procediesen a declarar el estado de guerra en la plaza, lo que inmediatamente hicieron con las solemnidades del caso. El capitán Vela, al mando del piquete reglamentario, leyó en el patio del Alcázar, a los pies de la estatua de Carlos V, el Bando de guerra firmado por el coronel José Moscardó Ituarte, en su calidad de Comandante Militar de la Plaza.
Ocupada la ciudad por las tropas Nacionales, no pudieron resistir éstas los duros y violentos ataques que, por tierra y por aire, dirigieron contra las mismas los frentepopulistas, por lo que, con unos 1.250 hombres, 500 mujeres y 50 niños, decidió replegarse a la fortaleza del Alcázar, donde tras mil vicisitudes -entre otras, la de rechazar una propuesta de los asediantes, consistente en salvar la vida de su hijo Luis, que se hallaba en poder de los rojos, a cambio de entregarse él y los que le seguían-, consiguió resistir hasta el 28 de septiembre de 1936, fecha en que fue liberado por las tropas mandadas por el general José Enrique Varela Iglesias. Al pisar los libertadores las ruinas inmortales, el defensor de la fortaleza, José Moscardó, dijo escuetamente: “Sin novedad en el Alcázar, mi General”. Un periodista extranjero, al contemplar estos hechos, escribió: “Arrodillémonos ante estos hombres: son la dignidad del mundo. Ellos nos engrandecen con su heroísmo. Por ellos estamos seguros de que el alma humana es todavía capaz de infinita grandeza”.
Al día siguiente de la liberación, llegó Franco, siendo saludado por el Coronel Moscardó con estas palabras: “Mi general, le entrego el Alcázar destruido, pero el honor queda intacto”.
Durante los 70 días de asedio, la fortaleza del Alcázar recibió un alud de fuego y metralla: más de 15.000 proyectiles de artillería, 500 bombas de avión y dos minas, cargadas con 2.500 kg. de trilita cada una, que al hacer explosión, se oyó a 70 km. de Toledo. Decididos los milicianos a terminar de una vez, se proyectó la explosión de las minas, para el 18 de septiembre de 1936, esperando que el resto de la fortaleza se derrumbe, invitando a dicho acto al presidente del Gobierno rojo, Francisco Largo Caballero, a Dolores Ibárruri “La Pasionaria” y a diversos medios de comunicación, encargando al comandante Luis Barceló, afiliado al Partido Comunista y miembro de la UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista), que una vez hubiesen estallado las minas, los milicianos rojos tenían que iniciar el asalto al interior del edificio. El asalto fue rechazado por los defensores del Alcázar, arrancando incluso una bandera que los frentepopulista colocaron en lo alto de las ruinas, dando a entender que la posición había sido tomada.
El Frente Popular había anunciado repetidas veces la toma del Alcázar, pero la falsa noticia era desmentida por los hechos.
Durante el sitio creó un diario llamado “El Alcázar”, que se comenzó a publicar en ‘ciclostyl’, un boletín de noticias, y que posteriormente se convertiría en periódico, hasta que se vio obligado a cerrar por el ‘democrático’ comportamiento del PSOE, en la década de los ochenta.
Condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando, fue ascendido a general, encargándose del mando de la División Soria y, después, del Cuerpo de Ejército de Aragón.
En 1941 fue designado por Franco como representante del Ejército en la visita al frente ruso donde combatía la División Azul.
Como capitán general de la IV Región Militar, tuvo que hacer frente, en 1944, a los intentos de resistencia de la guerrilla antifranquista en el Valle de Arán, conocidos como ‘maquis’. El 9 de octubre de 1944, cruzan la frontera francesa unos 12.000 hombres armados, que las tropas de Moscardó los reducen antes del mes de noviembre.
El 6 de abril de 1946 va destinado como teniente general a la Región Militar de Andalucía, hasta el 26 de octubre del mismo año, en que pasa a la situación de reserva.
Ocupó diversos cargos profesionales y políticos, tales como: Jefe de la Casa Militar del Jefe del Estado; capitán general de las regiones militares II y IV; presidente del Comité Olímpico Español; procurador en Cortes; vocal del Consejo Nacional de Educación; consejero del Patronato de Apuestas Mutuas Deportivas; canciller de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas; jefe de la milicia y consejero nacional de FET y de las JONS; delegado nacional de Deportes; vocal de la Comisión Nacional de Cooperación con las Naciones Unidas; etc., etc.
En 1948, el Jefe del Estado Francisco Franco le hizo merced del título de conde del Alcázar de Toledo, con grandeza de España
Falleció en Madrid en 1956, a los 78 años de edad.


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