Cita de la introducción del por entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, al libro “El bicentenario de la independencia de los países latinoamericanos", de Guzmán Carriquiry Lecour, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina:
Un país es el espacio geográfico, la nación la constituye el andamiaje institucional. La patria, en cambio, es lo recibido de los padres y lo que hemos de entregar a los hijos. Un país puede ser mutilado, la nación puede transformarse (en las posguerras del siglo XX hemos visto tantos ejemplos de esto), pero la patria o mantiene su ser fundante o muere; patria dice a patrimonio, a lo recibido y que hay que entregar acrecentado pero no adulterado.
Patria dice a paternidad y filiación… patria evoca aquella escena trágica y esperanzadora de Eneas con su padre a babuchas en la tarde de la destrucción de Troya: «et sublato patre montem petivi». Sí, patria supone soportar lo recibido no para guardarlo en conserva sino para entregarlo íntegro en su esencia pero crecido en el camino de la historia.
Patria necesariamente entraña una tensión entre la memoria del pasado, el compromiso con la realidad del presente y la utopía que proyecta hacia el futuro. Y esta tensión es concreta, no sufre intervenciones extrañas, no se extrapola en la confusión de la realidad presente con la memoria y la utopía engendrando fugas ideológicas esencialmente infecundas.
Cardenal Jorge Mario Bergoglio
Buenos Aires, 24 de enero de 2011,
Fiesta de Nuestra Señora de la Paz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar tu opinión